Saturday, July 2, 2011

La historia del corpiño

Brassière, soutien, corpiño, bra, sujetador. Los nombres cambian, pero identifican una prenda única: la que hace más de un siglo representó una auténtica revolución en el guardarropa femenino. Es que en ese tiempo, la ropa interior de las mujeres estaba dominada por el corset, un rígido accesorio hecho de tela resistente, varillas de metal y cordones en la parte posterior, que ajustaban la silueta hasta el límite de lo imposible. Así, la llegada del corpiño significó la liberación del corset.


El primer soutien cruzado, en forma de kimono, fue diseñado por el francés Pierre Poiret en 1907. Esta prenda, que hoy resultaría aparatosa, brindaba mayor comodidad y libertad de movimientos.Aunque fue innovador, Poiret no tuvo la precaución de patentar su invento, cosa que sí hizo Mary Phelps Jacob en 1914. Mary era una jovencita de sociedad que en una ocasión quiso lucir un vestido escotado, pero el corset impedía que la prenda luciera bien.


Según cuenta la historia, Mary ideó el corpiño junto con su doncella; eran dos pañuelos de seda, dispuestos en forma de triángulos y atados con una cinta. La novedad pronto empezó a circular entre las damas de sociedad y Mary difundió gratuitamente su creación, hasta que alguien le ofreció un dólar por cada prenda que entregara. Mary registró su invento el 3 de noviembre de 1914 con el nombre de “brassière espalda”.



Creó una pequeña empresa y comenzó a producir los brassieres en un taller. Sin embargo, pronto se aburrió y vendió su idea a la compañía Warner Brothers por 1500 dólares. Así como Poiret se olvidó de registrar su invento, Mary no advirtió que había echado a robar una creación revolucionaria. Sólo en los 30 años posteriores, WB ganó 15 millones de dólares con la venta de corpiños


El corpiño marcó un antes y un después en la moda femenina. Su desarrollo, a lo largo del siglo XX, fue vertiginoso; los cambios que fue registrando siguieron de cerca no sólo la evolución de la moda sino el concepto de la figura de la mujer.
En 1928, Ida Rosenthal fundó Maidenform, e impuso en los Estados Unidos un sistema de talles por letras del alfabeto: A,B,C y D que se utiliza hasta el día de hoy. En los años ’20 los corpiños comenzaron a hacerse de telas elásticas y en los ’30 apareció el sujetador sin breteles. En los ’60 hubo un nuevo movimiento de liberación: las mujeres hippies quemaban los corpiños, que veían como un signo de opresión.




Otro hito en la historia del corpiño fue la aparición, en los ’90, del Wonder Bra: el modelo con aro que permitía realzar la forma de los senos.
Para celebrar los 100 años del corpiño, el año pasado se presentó un modelo “multiposición” que garantiza 100 maneras de combinarlo y se presenta como el “optimizador del escote femenino”.
Entre las propuestas más innovadoras que trajo el siglo XXI está el "Air Bra", relleno de aire; los soutienes inteligentes, como el Numetex, que incorpora una válvula que toma el pulso del corazón, o el "Night bra", que previene las arrugas del escote.




En la actualidad, tal como pasa con las cirugías, los corpiños “permiten crear efectos y modelar el cuerpo”.
Los corpiños actuales ofrecen dos grandes posibilidades: las prendas superconfortables, para el uso diario, cómodas e imperceptibles, y los corpiños “para grandes ocasiones”, que integran colecciones y resultan atractivos por su belleza y su diseño: son los que juegan con la sensualidad, a través de detalles como piedras, canutillos o encaje.


O diamantes, ¿por qué no? La firma Victoria’s Secret desarrolló un suntuoso corpiño: The Hearts desarrolló un suntuoso corpiño: The Hearts on Fire Diamond Fantasy Bra, que tiene 2.000 diamantes incrustados y está valuado en 6,5 millones de dólares. El corpíño llegó para quedarse, y ya da para todo.


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